domingo, 16 de julio de 2023

El Jarrón de Mamá (una historia del Uruguay pasado)

 


Los cuatro muchachos estaban dentro de la casa. Afuera llovía. Carlos, el mayor tenía una pelota y los otros hermanos: Julio, José y Raúl estaban aburridos.

-¡Ufa, no podemos hacer nada! -se quejó José.


En el living de la casa, de piso de madera, amplio y de techos altos había un par de muebles. Dos sillones de tapizado floreado y una mesa ratona en el centro. Y un gran jarrón de porcelana decorado con flores coloridas sobre una mesa alta.

Entonces Julio le robó la pelota de cuero a su hermano y se puso a hacer malabares con ella, como José Nazassi. Carlos se la robó a su vez y enseguida los otros dos se sumaron al juego. Se formaron dos bandos. Uno de ellos hacía que relataba:

-...y Andrade le roba la pelota a Nasazzi y se acerca al arco y patea... y goool, golazo.

-Scarone saca la pelota y se la pasa a Petrone pero Nasazzi lo intercepta, Mazali está en el arco cuidando para que no convierta pero es inútil, la pelota da en el ángulo y convierte el gol...

En sus rostros había alegría y querían parecerse a los Olímpicos o a los uruguayos campeones del mundial que se realizó en el estadio Centenario.

Así siguieron varios minutos. Los arcos eran las puertas de la habitación. Y de repente Raúl patea la pelota y... se estrella contra el jarrón; éste se tambalea, cae al suelo y se hace pedazos. Todos se asustan.

-¡Qué has hecho Raúl! -gritó con voz de alarma Julio.

-¡Le rompimos el jarrón a mamá, si se entera nos mata! -acotó Carlos.

José se agarraba la cabeza. -¡Ahora sí que la hicimos buena...!

-No se preocupen -dijo Julio- Se lo arreglaremos.

-¿Cómo? - dijeron los otros.

Julio fue recogiendo los pedazos; los demás lo ayudaron y entre todos fueron armando el jarrón como un rompecabezas de manera que cada pedazo fuera quedando en su lugar. Pronto quedó armado. No se notaban nada las rajaduras.

-¡Vámonos -apuró Carlos -antes que mamá venga y nos encuentre!,

Y se fueron despacito para su cuarto. La pelota la guardaron en el ropero y se sentaron en las camas a charlar.

-¡Menos mal que se te ocurrió armarlo!- le dijo Raúl.

-Sí, pero tú lo rompiste -le aclaró Carlos.

-Bueno, pero yo no lo hice a propósito... además todos estábamos jugando ¿no?

-Si, la verdad que todos estuvimos mal -opinó Julio. Los demás asintieron.


En eso, la madre salió de la cocina y entró al living. Una de las maderas del piso crujió pues estaba algo floja. Le diría a su marido que debía ajustarla. Y de repente cuando se acercaba a la mesa el jarrón se desparramó en pedazos. La mujer pegó un grito horrorizada.

-¡Ay, Dios mío! -clamó -¡Dios mío, qué horrible...! -Salió corriendo a donde su marido. -¡Francisco... Francisco...! ¿Dios mío, no sabes lo que pasó?

En eso apareció su marido que estaba con un martillo en la mano. Era un hombre adusto, algo canoso y con un amplio mostacho que la miró sin entender.

-¿Qué pasa, mujer? ¿A qué viene tanto alboroto?

-¡Francisco... es horrible, algo malo va a pasar... algo terrible se avecina!

-¿Pero qué pasa? -volvió a preguntar, sin entender, su marido - ¡Tranquilízate, mujer!

-¿Cómo me voy a tranquilizar si se rompió el jarrón de abuelita?

-Bueno, es cierto que era una pieza antigua pero no es para tanto; si se te rompió ¡qué le vas a hacer!

-¡No entiendes, Francisco... es que se rompió solo! ¡Esto es un aviso de Dios o es obra del demonio!

-¿Cómo qué se rompió solo? -el desconcierto iba en aumento.

-¡Sí, se rompió solo! ¡Yo entré al living y de repente se desmoronó todo como si fuera obra del demonio!

El hombre empezó a dudar de si su mujer estaría en sus cabales o habría otra razón.

-Dorita, querida, las cosas no se rompen solas -trató de calmarla y razonar. -Alguna explicación ha de haber...

-¡No me crees! -cambió el tono de voz, algo ofendida. -¡Si te digo que se rompió solo es porque se rompió solo! ¡Es un anuncio de desgracia! -Y se fue agarrándose la cabeza y gimiendo.


Los muchachos en el dormitorio, seguían charlando bajito y muy quietos. Escucharon parte de lo que hablaban los padres y se estaban poniendo nerviosos.


El hombre fue al living, vio el jarrón desparramado sobre la mesa en pedazos y se fue rumbo al dormitorio de sus hijos. Entró despacio y los miró uno por uno.

-¿Qué están haciendo? -preguntó con tono serio.

-Nada, papá -dijo Carlos- y los demás asintieron. -Estábamos hablando de los estudios.

-Su madre está muy nerviosa y asustada -dijo como al pasar -porque se rompió el jarrón antiguo que tanto quería.

Todos lo miraron sin decir palabra.

-¿Ustedes no saben nada al respecto?

-¡No! -aseguraron todos y se miraron entre si-.

-Bueno, ¡qué yo no me entere que lo rompieron ustedes! -acotó ya amenazante. Y se fue.

Los cuatro hermanos, nerviosos, empezaron a pensar qué podían hacer. Si se descubrían se la iban a ligar, pero si no lo hacían la madre seguiría asustada y ellos no querían eso. Ella era muy supersticiosa.

La madre continuaba persignándose y rezando ante la estatuilla del santo que tenía frente a la cama pidiendo que nada malo les ocurriera a ella o a su familia.

-Vamos a tener que decirle a mamá lo que pasó -empezó Carlos -si no va a ser peor-.

-Si le decimos, papá seguro nos va a castigar... -aseguró José. -¡Se nos viene una...!

Pasadas un par de horas en que la mujer seguía en un estado deplorable, los cuatro se acercaron. Carlos -el mayor- fue el que le confesó:

-Mamá, al jarrón lo rompimos nosotros. Sé que actuamos mal pero nos pusimos a jugar a la pelota y sin querer le pegamos... -Bajó la cabeza -Después lo armamos como pudimos. No queríamos asustarla.

-No sabíamos que se caería solo -agregó el menor.

La madre al principio no les creyó pero el padre que estaba escuchando tras la puerta, sí y les dijo:

-¿Se dan cuenta el mal rato que le han hecho pasar a su madre? - y luego continuó -¿viste Dorita que no era nada sobrenatural?

Ella al ver los rostros compungidos de sus hijos se dio cuenta que así había sido. Se persignó apesadumbrada y se volvió a la cocina.

-Bueno... -continuó el padre quitándose el cinto -y ¿de quién fue la idea de jugar a la pelota adentro de la casa?


Un rato después los cuatro muchachos estaban tirados boca abajo en sus camas, en penitencia y con un ardor en las nalgas que no se les iría por un buen rato.

La madre enojada no los perdonó enseguida pero al final los perdonó. Al menos podía respirar aliviada porque no se avecinaba ninguna desgracia.

lunes, 5 de junio de 2023

Charla sobre el escritor Manuel Benavente

 


Esta noche, estaremos en el Ateneo de Montevideo, dando una charla sobre mi tio-abuelo, el escritor y profesor Manuel Benavente.  A las 19 hs,

Los esperamos

viernes, 26 de mayo de 2023

26 de mayo - Dia Nacional del Libro

  Hoy es 26 de mayo, día del Libro. Por eso quiero compartir algunas ideas acerca de uno de los inventos más importantes que ha hecho el hombre: el libro.

Un libro es una especie de “máquina del tiempo” portátil y a la vez un lector de pensamientos, ya que puede penetrar en las mentes de hombres y mujeres –más allá de distancias y de épocas.

El proceso del libro fue lento y variado, fueron hechos en diversos formatos y materiales: 

-Papiros egipcios 

-Tablillas de arcilla - en Mesopotamia.

-Libros escritos a mano sobre cuero, pergamino o papel, con tapas duras, grandes a veces y hasta con ilustraciones. 

Libros que sólo podían ser leídos por unos pocos letrados.

Fue recién cuando Gutemberg con sus tipos móviles que permitió que los libros llegaran a mucha gente y luego con la generalización de la educación a todas las clases sociales. 

Desde entonces el libro ha redoblado su papel fundamental en el desarrollo de la cultura humana y en la propagación de ideas.

Hoy, millones de personas leen en Internet, o “bajan” libros de sus páginas para leerlos en sus computadoras.

Se crean miles de páginas web referidas a la literatura, blogs, donde se puede acceder a las obras de poetas y narradores que exponen allí sus trabajos, y existen foros donde los lectores pueden opinar. 

En muchas bibliotecas se escanean los libros para leerlos en las terminales de computadora, evitando el desgaste de los ejemplares, a veces únicos.

Aún así el libro sigue siendo un elemento importante para la educación, el entretenimiento y la aventura. 

Leer libros desarrolla áreas importantes del cerebro, genera vocabulario, nuevas formas de pensar y de hablar. Y aunque hoy esté en retroceso -como lo está la cultura, en general- sigue teniendo sus adeptos.

No existe nada que provoque mayor placer que leer un buen libro, en la soledad de una habitación, o en una biblioteca, o leyendo para otros, sean niños o adultos, porque las ideas y las imágenes se forman directamente en nuestro cerebro al leer las palabras.

Y muchas de las cosas que hoy existen salieron de libros. El cine se nutre de libros para sus historias, la música a veces también se basa en textos de escritores. Muchos inventos, y lo que hemos aprendido en las escuelas es gracias a los libros.

La democracia y el pensamiento racional los conocemos gracias a los pensadores griegos como Platón y otros que se tomaron  el trabajo de escribir lo que aprendió de su maestro Sócrates y que luego pasaron a manos de los árabes y llegaron a occidente nuevamente. 

Y la mayor parte de la Historia Universal la conocemos a través de los libros.

Siempre hay quienes se acercan a los libros por primera vez.

Es nuestra opción contra el Alzheimer y contra el Poder que sólo quiere dominar a través de la estupidez y la desidia.

Como dicen algunos: "los libros no muerden" y en cambio son buenos para el espíritu.

Compre libros, canjéelos o regálelos. Léalos en su formato de bolsillo o por Internet; en una tablet o escúchelos leídos por alguien que le guste la buena lectura.



¡Feliz día del Libro para todos!

viernes, 21 de abril de 2023

Lectura de cuentos en el Ateneo - Lunes 24 de abril - 19 hs


 Este lunes 24 habrá ronda de escritores en el Ateneo de Montevideo. Allí estaré leyendo el cuento ganador del 2° Premio del último concurso Dr. A. Manini Ríos. 

Los esperamos



sábado, 11 de marzo de 2023

17 de marzo Entrega de premios del 44 Concurso Dr. A. Manini Ríos

 


El próximo viernes 17 de marzo, en el Ateneo de Montevideo van a entregar los premios del último concurso Dr. A. Manini Ríos organizado por AEDI-Uruguay. Ese día yo recibiré el 2° premio en cuento que gané en dicho concurso. También se celebran los 59 años de la institución y se va a presentar el libro póstumo de quien fuera la Presidente de la institución, fallecida el año pasado, la profesora Myrtha Bonilla Monegal. Los esperamos.