Vivir loco y morir cuerdo – 400 años de Don Quijote
Este año 2016 se cumplen 400 años de la publicación de la
segunda parte de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” de Miguel de
Cervantes Saavedra. Y también de la muerte de este escritor, el más importante
–probablemente- de la lengua española.
En 1606, Cervantes había publicado la primera parte de Don
Quijote y tuvo un éxito enorme, tanto que poco tiempo después comenzaron a
circular versiones apócrifas (hoy las llamaríamos “piratas”) acerca del
personaje de Don Quijote lo que hizo que Cervantes decidiera al escribir la
segunda parte, matar al personaje para que no se siguieran escribiendo más
historias falsas.
El caso de Don Quijote es un raro ejemplo en que el éxito y
la calidad corren parejos. Nosotros no vamos a decir nada acerca de esta obra
que no se haya dicho ya. Pero es de notar que los personajes del hidalgo
caballero y su escudero Sancho Panza han trascendido los siglos y aún hoy son
símbolos universales.
La idea de hacer “quijotadas”, es decir de querer hacer el
bien aunque eso implique riesgos para la propia vida o el hecho de no medir las
consecuencias se utiliza en nuestro lenguaje aún.
Don Quijote es además un símbolo del hombre que tiene ideas
de grandeza y trata en su locura de “desfacer entuertos” emulando a los héroes
de los libros, caballeros que peleaban contra el mal y salvaban a doncellas en
peligro, etc.
Pero Don Quijote, después de haber vivido una serie de
aventuras donde se imagina que lucha contra gigantes que son en realidad
Molinos de viento, y tantos otros peligros, muere cuerdo. Sancho Panza, que
oficia de escudero a su lado y que era como la voz de la conciencia al
principio finalmente va entrando en su locura y cuando el libro termina los
personajes han cambiado: Sancho Panza desea continuar sus aventuras porque se
ha contagiado de las ideas de su compañero y quiere que sigan siendo caballero
y escudero pero Don Quijote ha perdido su locura y le habla de forma totalmente
racional.
Don Quijote nos representa un poco a todos los que queremos
mejorar la sociedad, los que queremos “desfacer entuertos” y nos dice que la
vida es como una locura; pero que con
los años uno se va volviendo cuerdo y va entendiendo el mundo.
De alguna manera Cervantes también vivió loco –tuvo una vida
bastante agitada: hasta estuvo preso y murió vistiendo el hábito franciscano –estando
“cuerdo” cuando escribió esta historia que lo inmortalizó.
Han pasado 400 años de su publicación y aún hoy esta obra
sigue teniendo vigencia.