martes, 27 de octubre de 2009

El proceso de Escritura

La inspiración y el proceso de la creación artística.

El proceso de creación de una obra puede ser diverso, aunque casi siempre es inconciente en gran medida. El cerebro procesa permanentemente la información que recibe del exterior, sea ésta oral, escrita, visual o de otra índole. Y con esa información se nutre a diario para generar imágenes e ideas que luego se transforman en material para crear los sueños o en el caso del artista, en potenciales obras de arte.
El escritor utiliza todo este material y lo vuelca a menudo en su obra. Esta parte inconciente podría ser homologada a la llamada inspiración o "musa inspiradora". Aunque también existe una parte conciente que va viendo y modificando a medida que avanza la transcripción en el papel -o en la pantalla de computadora- hasta darle el formato final al texto. La parte consciente es la que corrige, evalúa y juzga si la obra tiene la forma inteligible, dice lo que debe o lo que quiere decir el autor.
Es importante, sin embargo, que esta parte conciente no intervenga en demasía, corrigiendo compulsivamente y arruinando -por así decirlo- el texto creado, despojándolo de los elementos esenciales de una obra literaria. Esto último es válido también para toda obra artística, ya se trate de música, pintura, escultura u cualquier otra.
Aquí radica el hecho de lograr una obra acabada y rica en significado. Si la parte conciente se vuelve demasiado represora y cercena lo más original -por extraño que ello parezca- y lo más subjetivo y pasional, estará también creando un híbrido o una copia de otras obras ajenas o propias.
Por eso es muy importante que lo que se llama inspiración esté presente, aunque eso no significa por supuesto que no se deba realizar el trabajo de corrección. Simplemente se debe intentar que el boceto de la idea original se vea enriquecido por el trabajo arduo que le agrega la técnica profesional hasta elevarla a nivel de obra de arte.
"Diez por ciento de inspiración y noventa de trabajo" dice la famosa frase. Y tal frase es cierta porque sin ese noventa por ciento de trabajo la obra puede quedar en un boceto, en una buena idea, tal vez, pero no en una obra artística. Lo mismo ocurre si falta el diez por ciento de inspiración. Sin la inspiración no hay obra de arte, quizás haya técnica y conocimiento pero no hay idea, no hay originalidad, no hay ciertamente algo que realmente valga la pena apreciar.
El proceso de creación puede llevar horas, días, meses o años. Nunca se sabe al comenzar una obra cuando se la terminará. Y de ahí que sea tan difícil ponerle plazo a un artista. Monumentales obras han sido realizadas en tiempo récord y obras quizás no tan magníficas o pequeñas en tamaño -no en calidad- llevaron años o décadas.
Lo mismo pasa con la inspiración. Una obra se puede estar forjando en el cerebro de un artista durante mucho tiempo para luego "vomitarla" en minutos; pero también ocurre lo contrario, algo que inspira repentinamente y que luego lleva demasiado tiempo poder traducirla en hecho concreto.

En mi experiencia personal como escritor, he asistido a una gama enorme de situaciones. Desde cuentos que escribí en una tarde –y los que tuve que retocar sólo un par de frases-, a otros que me han llevado varios años poder terminarlos y aún así tener que revisarlos y corregirlos una y otra vez hasta quedar satisfecho con el resultado.
No parece haber una correlación entre el grado de dificultad y la extensión, ni tampoco entre la claridad o no de la idea a desarrollar con el trabajo que finalmente lleva un cuento, una poesía, o un ensayo. Aunque saber adónde se va y como exponerlo ayuda mucho. En el caso de la poesía, parece ser algo más "espontáneo" por lo menos en mi caso personal. Y por supuesto, dominar la técnica literaria es esencial a la hora de narrar una historia, así como conocer el suficiente vocabulario para exponer las ideas claramente.
En el caso de la novela, por el mismo hecho de su larga extensión, hace que el trabajo que hay que realizar sea siempre mayor y es raro que se pueda realizar en pocos días, aunque por supuesto existen quienes han escrito una novela corta en dos semanas.



Algunas recomendaciones para escribir
(que me han servido a mi - no es una receta infalible):

1-Anotar cada idea que se le viene a la cabeza, no importa si parece buena o no, ya habrá tiempo de evaluarla. Esto es importante porque a veces si no se anota se olvida y puede perderse una gran idea. Anote en cualquier papel o lugar que tenga a mano y procure no perderlo. En caso de no poder hacerlo en el momento, anote una palabra o una frase que resuma la idea y luego en el primer momento libre trate de desarrollarla todo lo que pueda. En lo posible tenga un cuaderno, libreta, cajita, o archivo electrónico donde estén todas juntas.
2-Cuando esté escribiendo en su block, archivo de Word, máquina de escribir o donde sea que lo haga, no piense en si lo que escribe está bien o no, si la idea es buena o mala, si parece muy corto o largo; EN LO POSIBLE SUSPENDA EL JUICIO SOBRE SU OBRA. Puede corregir algún error de ortografía o de redacción que sea muy notorio pero no pierda el tiempo en ello. Ya habrá tiempo de corregir y agregar o quitar lo necesario.
3-NUNCA INTENTE ESCRIBIR UN TEXTO PENSANDO EN LA CANTIDAD DE PAGINAS. Es común (sobretodo cuando se es novato) compararse con otros que han logrado hacer cuentos de 10 páginas mientras tu sólo haces 2 páginas). A menos que ya esté muy estructurada la historia y la tenga muy clara, parte por parte, es mejor escribir todo lo que sea necesario hasta darle forma al texto. Los cuentos (así como las poesías o las novelas) son malos o buenos por el contenido o el mensaje que conllevan, no por la cantidad de páginas o versos que tienen.
4-Cuando corrija un texto, es conveniente que no corrija excesivamente, se corre el riesgo de perder lo original que pueda tener. Si tiene alguien de confianza que sepa algo de literatura o le guste leer, déselo para que le dé su opinión y en lo posible para que le marque los posibles errores.
5-La corrección se debe hacer poniendo énfasis en los errores de ortografía, redacción y sintaxis. Es decir, palabras mal escritas, frases incoherentes o con falta de verbos y orden. Otro elemento que conviene corregir es la rima involuntaria en la prosa (no en la poesía). Y si es posible evitar las repeticiones de palabras -salvo cuando se quiere dar algún efecto especial- y cambiar las repeticiones de palabras por distintos sinónimos. Para esto es muy útil tener un diccionario de sinónimos sobretodo si no se domina un vocabulario muy amplio.
6-Cuando se corrige hay que evitar obsesionarse con la perfección del texto. A veces se cree que hay que poner cada palabra justa, exacta y con esto lo único que hacemos es cambiar indefinidamente el texto para no terminarlo nunca. Siempre un texto puede ser modificado pero no necesariamente mejorado. A menos que se quiera impresionar al jurado de un concurso.
7-Lo más importante en el texto es lo que se quiere decir, dar un mensaje, mostrar una situación, denunciar un hecho que nos preocupa o divertir al lector; o sea que lo que importa es el contenido más que la forma, aunque si ésta es muy pobre, evidentemente va a causar mala impresión al lector.
8-Es importante, en especial al escribir narrativa, atrapar al lector desde el principio, con un inicio interesante que le genere preguntas acerca de lo que le va a pasar al personaje, por ejemplo. Esto lleva a que se quiera continuar leyendo.
9-Los alargamientos innecesarios en medio del texto suelen provocar aburrimiento, así como el exceso de adjetivación o palabras excesivamente rebuscadas y de significado oscuro, excepto cuando el texto lo requiere por su temática o por el efecto de confusión que se busca, o si va dirigido a cierto público muy erudito.
10-Los finales son importantes. En el cuento en especial, es importante tratar de redondear el texto en lo posible con un final sorpresivo o que genere cierto efecto que deje pensando al lector o lo deje sorprendido. No es bueno explicarle todo al lector, a menos que se trate del género policial, donde se debe aclarar un misterio. Es importante que el lector pueda buscar los significados y saque sus conclusiones.
11-Otra cosa a evitar es el uso de vocablos extranjeros o palabras propias de ciertos sectores sociales, como el lunfardo o el hablar adolescente. Todo este lenguaje está justificado cuando el personaje tiene esa característica o la situación lo requiere, de lo contrario el texto sólo será entendido por ese público y no por el resto.
12-Es importante tener un manejo bueno del idioma español y saber como se llaman todas las cosas para evitar palabras imprecisas que oscurecen el texto.
13-LEER la mayor cantidad de libros posibles, buscando lo que a uno le interesa y también a los “clásicos” para dar mayor conocimiento del manejo de los climas, las situaciones y estilos. Cuanto más conocemos más fácil se nos hace a la hora de escribir.
14-Tomarse en serio la literatura. Esto quiere decir que no sólo sea un hobby sino un trabajo donde nos podemos expresar y que puede ser importante para otros. Pero tampoco se obsesione.
15-Escribir, escribir y escribir. Nadie se vuelve escritor de la noche a la mañana, ni escribiendo una sola obra.

Teniendo estas cosas en cuenta y algunas otras que con la práctica se van logrando, se tiene una amplia posibilidad de lograr ser un buen escritor.
A eso hay que agregar un poco de suerte y algunos contactos dentro del mundo de la cultura. Pero no crean que van a ser famosos y menos vivir de la literatura. Esos son casos raros aunque no imposibles.

Un dato final muy importante:

-Registren sus textos antes de publicarlos y si pueden antes de mostrarlos públicamente. Nunca se sabe cuando alguien con pocos escrúpulos nos puede robar una buena idea o un texto completo. Aquí en Uruguay, la Biblioteca Nacional tiene el departamento de Derechos de Autor que les da la posibilidad de demostrar la autoría y no sale muy caro. También existe AGADU (Asociación General de Autores del Uruguay), donde se paga una sola vez al asociarse y luego al presentar obras publicadas, y tiene abogados en caso de necesitarse.